Asociación Síndrome
Alcohólico Fetal de Euskadi

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LA DISCAPACIDAD INVISIBLE


La exposición prenatal al alcohol puede dar como resultado una combinación casi ilimitada de defectos de nacimiento físicos y funcionales.

No hay cantidad segura de consumo de alcohol. Si bien existen criterios específicos para diagnosticar trastornos bajo el paraguas de TEAF (Trastorno Espectro Alcohólico Fetal), la gama completa de discapacidades físicas y de desarrollo para cualquier individuo afectado puede hacerse evidente en distintos momentos durante la infancia, la adolescencia y la edad adulta. 

El SAF/TEAF no tiene cura. Es un daño cerebral irreversible. Prevenir las discapacidades mediante un diagnóstico e intervención tempranos, si es posible, y hacer frente a los síntomas o consecuencias de las discapacidades se convierte en un desafío para las familias y los cuidadores.

El SAF/TEAF tiene implicaciones para toda la vida. Hay una amplia gama de características para observar a diferentes edades.

Bebés: bajo peso al nacer; irritabilidad; sensibilidad a la luz, ruidos y tacto; mala succión; desarrollo lento; malos ciclos de sueño-vigilia.
Niños pequeños: poca capacidad de memoria, hiperactividad, falta de miedo, falta de sentido de los límites y la necesidad de un contacto físico excesivo.
Años de escuela primaria: poca atención, poca coordinación y dificultad con las habilidades motoras finas y gruesas.
Niños mayores: problemas para mantenerse al día con la escuela, baja autoestima al reconocer que son diferentes a sus compañeros.
Adolescentes: el control deficiente de los impulsos, no pueden distinguir entre comportamientos públicos y privados, deben recordar los conceptos a diario.
Adultos: necesitan lidiar con muchos obstáculos diarios, tales como vivienda asequible y apropiada, transporte, empleo y manejo de dinero.

El trastorno del espectro alcohólico fetal (TEAF) es el tipo más común de discapacidad del desarrollo en todo el mundo y en particular en nuestro país, con un porcentaje de nacimientos al año que ronda los 5000 casos. Un daño que no tiene cura. En EUSKADI se estima que afecta a un 2 de cada 1000 habitantes.  Aunque la gran mayoría de las personas con TEAF no tienen signos visibles de su discapacidad, todos tienen algún tipo de lesión cerebral permanente que afecta su vida diaria.

Algunos consejos para niños.as en edad escolar:

Hora de acostarse: si su hijo no puede dormir por la noche, reduzca las siestas o recórtelas por completo.
Hacer y mantener amigos: no es mala idea que se puedan relacionar con niños.as que tengan uno o dos años menos. Proporcione actividades que sean cortas y divertidas.
Problemas de límites: cree un hogar estable y estructurado con rutinas claras y mucha repetición.
Problemas de atención: la medicación puede ser útil. Mantenga el entorno del niño lo más simple posible y organice el tiempo con actividades breves.
Fácilmente frustrado / berrinches: Saque a su hijo de la situación y use técnicas relajantes como sentarse en una mecedora, darse un baño caliente o tocar música tranquila.
Dificultad para comprender la causa y el efecto: la repetición, la coherencia y las consecuencias claras para el comportamiento son importantes.

A partir de la adolescencia la cosa tiende a complicarse, por eso es fundamental buscar apoyos en otras familias y  asociarse ya que, las familias entramos en una etapa en la que se hace necesario hacer un "traje a medida" de cada joven que va creciendo y enfrentándose a nuevos retos en la vida adulta, con bastantes más limitaciones que el resto de la población. 





Por todo esto animamos encarecidamente a todas las familias a no quedarse solas y a sumar fuerzas con nosotros.as